martes, 27 de diciembre de 2011

Frases Blancas #2 - Los Juegos del Hambre

"-Canta -dice, aunque apenas la oigo.

Cantar. Las lágrimas me han hecho un nudo en la garganta, y estoy ronca por el humo y la fatiga, pero si es la última voluntad de Prim, digo, de Rue, tengo que intentarlo, por lo menos.

La canción que me viene a la cabeza es una nana muy sencilla. Creo que es muy, muy antigua, alguien se la inventó hace muchos años, en nuestras colinas; es lo que mi profesor de música llama un aire de montaña.

Sin embargo, las palabras son fáciles y tranquilizadoras, prometen un mañana más feliz que este horrible trozo de tiempo en el que nos encontramos.

Toso un poco, trago saliva y empiezo:


En lo más profundo del prado, allí, bajo el sauce,
hay un lecho de hierba, una almohada verde suave;
recuéstate en ella, cierra los ojos sin miedo
y, cuando los abras, el sol estará en el cielo.

Este sol te protege y te da calor,
las margaritas te cuidan y te dan amor,
tus sueños son dulces y se harán realidad
y mi amor por tí aquí perdurará.

Rue ha cerrado los ojos. Todavía se le mueve el pecho, pero cada vez con menos fuerza. Dejo que se me deshaga el nudo de la garganta y fluyan mis lágrimas, pero tengo que terminar la canción para ella.

En lo más profundo del prado, bien oculta,
hay una capa de hojas, un rayo de luna.
Olvida tus penas y calma tu alma,
pues por la mañana todo estará en calma.

Este sol te protege y te da calor,
las margaritas te cuidan y te dan amor.

Los últimos versos son apenas audibles.

Tus sueños son dulces y se harán realidad
y mi amor por tí aquí perdurará.

Todo queda en silencio; entonces, de una manera que resulta casi inquietante, los sinsajos repiten mi canción.
Me quedo sentada un momento, viendo cómo mis lágrimas caen sobre su cara. Suena el cañonazo de Rue, y yo me inclino sobre ella y le doy un beso en la sien. Despacio, como si no quisiera despertarla, dejo su cabeza en el suelo y le suelto la mano."

*  *  *
"-No sabía que hubiese que hacer bien algo. Entonces, ¿me estás diciendo que lo de estos últimos días y, supongo..., lo del estadio..., no era más que una estrategia que habíais diseñado?
-No. Es decir, ni siquiera podía hablar con él en el estadio, ¿no? -balbuceo.
-Pero sabías lo que quería que hicieses, ¿verdad? -me pregunta, y me muerdo el labio-. ¿Katniss? -me suelta la mano y doy un paso, como para recuperar el equilibrio-. Fue todo por los juegos. Una actuación.
-No todo -respondo, agarrando las flores con fuerza.
-Entonces, ¿cuánto? No, olvídalo, supongo que la verdadera pregunta es qué quedará cuando lleguemos a casa.
-No lo sé. Cuánto más nos acercamos al distrito 12, más desconcertada me siento.
Él espera a que se lo explique, pero no lo hago.
-Bueno, pues házmelo saber cuando lo sepas."

*  *  *

"¡Felices Juegos del Hambre! ¡Y que la suerte esté siempre de vuestra parte!"


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